Hay
veces en la vida, en que conoces a personas que en muy poco tiempo se
vuelven muy importantes para ti y darías mucho por ellas.
Pero todo esto tiene un riesgo,
la conoces desde hace muy poco, y aunque creas que la conoces a la
perfección, llega el día que te sorprende.
Hace algo que no pensabas; muchas veces para bien, pero también
muchas otras para mal. Y a mi en este caso me ha pasado, y el
resultado no ha sido bueno.
Le
conocí y no sabia del todo bien como era, pero decidí dejarme
llevar. Así lo hice, y poco a poco, se volvió parte de mi día a
día. Me acostumbré a él y llegó el punto en que me costaba estar
sin él. Fueron pasando los días y entre todos esos te
quiero, te
necesito y
esos no
quiero perderte nunca, me
enamoré.
Sí, le quería, y le necesitaba conmigo. Confiaba
en él y
sabía que nunca me iba a hacer daño por nada del mundo. Y a pesar
de que no todo era perfecto, decidí luchar por lo nuestro, porqué a
pesar de todo, sí, merecía la pena.
Y
entonces llega, llega ese momento en que te das cuenta de todo. Nada
es como tu pensabas.
Te llenas de rabia y lo único que puedes hacer es llorar. Llorar y
llorar, solo así puedes calmarte un poco. Muchos piensan que no
sirve de nada, y puede que tengan razón, pero es lo único que
puedes hacer. Puede que al principio, si que fuese real, que de
verdad le gustabas y cuando te dedicaba todas esas canciones todo era
real y lo hacía porqué de verdad lo sentía, ¿por qué sino iba a
dejar que lo viese todo el mundo, sin preocuparse por lo que dijese
el resto y demostrándolo en sitios donde todos lo podían ver?, pero
de eso hace mucho. Has estado en una
mentira desde
hace suficiente, y ya estás harta.
Aunque
lo mas normal sería dejar de hablarle y no querer saber nada mas de
él, no puedes. Le has querido, lo sigues haciendo y puede
que le sigas queriendo mucho tiempo mas;
no lo sabes. Y no
quieres perderle,
a pesar de todo lo ocurrido. Quieres, que de alguna forma, esa
persona que te ha echo sentir ser la chica mas feliz del mundo aunque
fuese durante muy poco tiempo, permanezca en tu vida. Puede que no
sea de la forma que te hubiera gustado, pero quieres que esté ahí.
Sea como sea. Aunque esto suponga ver como él es feliz de la forma
que tu hubiera gustado estar los dos con otra persona. No te importa,
merece la pena. No
quieres olvidar todo lo sucedido nunca,
ya que a pesar de todo, no te arrepientes de nada, solo de no haber
demostrado mas cuando lo sentías realmente, aunque no hubiese
cambiado las cosas.
Y
entonces está esa palabra: amigos.
Una palabra que hay veces en que duele. Y mucho. Piensas como podrían
ser las cosas si siguiesen tal y como antes, siendo feliz. Aunque
sabes que probablemente nunca vuelva a ser como tu querías.
También
está la parte en que piensas que las cosas puede que no sean así, y
que sean tal y como pensabas antes. Estás tan enamorada que la
ilusión te tapa la realidad, y quieres que todo vuelva a ser como
antes, o mas bien, como tu creías que era. Y es cuando pasa esto,
que te das cuenta de que le
sigues queriendo.
Y aunque te gustaría olvidarte de ese idiota que
te está haciendo sufrir tanto, no puedes. Le quieres y estas
enamorada de él. Y
sigue siendo tu idiota que
ahora mismo, no cambiarías por nada.
Pero
yo sigo con mi teoría en que el destino existe, y es el que hace que
las cosas pasen tal y como son. Yo creo que por mucho que queramos
algo, todo acabará saliendo tal y como quiera el destino. Y que todo
pasa por algo. Todo
tiene su porqué,
siempre. Y, ¿sabéis que? Que hay
que sacar el lado positivo de las cosas.
Y yo de esto he aprendido. Cada vez que algo sale mal, piensa porqué.
Puede que tú no hayas tenido la culpa, pero todo esto te enseña
que las
apariencias no son lo que aparentan, nuca hay que juzgar a un libro
por su portada. Y
que no hay que ilusionarse por cualquier cosa ni creer en el primer
te quiero. Que esas personas que tenemos desde hace tanto tiempo y
nunca nos han fallado son las que de verdad importan, y las tenemos
que cuidar cada día. Pero también he aprendido que la vida esta
para reír y
llorar después,
para ilusionarte y
después darte
cuenta del idiota al que has conocido,
para jugar como si fueses un niño, disfrutar, soñar;
pero sobretodo, para ser feliz.
Y puede que nos encontremos con cosas malas, pero si todo fuese
perfecto y estuviésemos siempre felices sin ningún tipo de
preocupación, ¿que sentido tendrían las cosas? Para de verdad
disfrutar y saber valorar las cosas buenas, también hay que pasar
por momentos malos, y es que puede que de eso también saquemos cosas
buenas. Que hay
que quedarse con lo mejor de cada capítulo de nuestra
vida. No porqué
un libro no tenga final feliz quiere decir que no sea un libro
bonito,
¿no? Pues ya está, hay que quedarse con lo mejor, y nunca,
nunca,NUNCA
tenemos que arrepentirnos de algo que en algún momento nos haya echo
sonreír.
No hay comentarios:
Publicar un comentario